sábado, 27 de marzo de 2010

Pregón Semana Santa Arriate 2010

Debe haber palabras para describir el pregón de la Semana Santa de Arriate de este año: impresionante, impactante, sublime, apoteósico, cofrade, religioso, personal, extraordinario, portentoso... todo eso y más nos invadió a los allí presentes en la Parroquia de San Juan de Letrán.

El amigo Paco nos llenó los corazones de sus vivencias y las nuestras, nos mostró los Dias Soñados como sólo el sabe hacerlo. Empezó acordándose de los que ya no están aquí para vivirlo (habló de su abuelo del que heredó su ser cofrade y cristino) para terminar hablando de los niños que hacen su procesión el Domingo de Resurrección. Preciosa metafora para mostrarnos lo viva que está la Semana Santa, que cuándo uno va terminando otros la empiezan.

Al final del pregón encuesté a algunos asistentes, si te dicen las personas que no faltan a ningún pregón que les pareció corta la hora y cuarto que estuvo en el atril el pregonero es porque ha sido bueno, pero si personas a las que no les gusta la Semana Santa, que no creen en Dios y que asisten porque tienen que ir te dicen que se han emocionado y han vibrado, eso es que el pregón fué muy bueno.

Se acordó el pregonero de todas las devociones del pueblo, desde las cruces de mayo hasta la patrona, pasando por la Cimada y los Prados, que -palabras del pregonero- aunque no administrativamente, devocionalmente si pertenecen a Arriate. La cofradía de la residencia de ancianos, según dijo el pregonero, en la que las Hermanas de San José hacen estación de penitencia todo el año o las palabras al hermanamiento de la romería de Arriate con la Cruz de la Cimada fueron sublimes. Pero nunca nadie dijo palabras tan bonitas a Padre Jesús, pidiéndole que levantara la vista, que mirara de frente a los que van a rezarle, y se lo dijo a la cara, mirándolo, entonces fué cuando a más de uno y de dos se le cayeron las lágrimas. Uno que es Cristino por devoción no pudo reprimir en ese momento la emoción, no soy de lágrima fácil, pero el pregonero fué mucho pregonero.

Como no podía ser de otra forma se acordó de los ausentes, emocionó con sus palabras y le dedicó al Cristo y al Sepulcro unas bellas palabras que terminaron por enamorar a los presentes de la Semana Santa.

Tuvo momentos de risa y llanto, anécdotas y vivencias, con su voz pausada y vibrante consiguió lo que hasta ahora no se había vivido en la Iglesia. Quince interrupciones de aplausos y una ovación final cuasi interminable que tuvo que interrumpir la Banda de Cornetas y Tambores para que no se hiciera interminable.

Amigo Paco, como me dijo una señora al finalizar el acto, habrán dicho muchas palabras en ese atril, pero nunca tan bonitas. Y un hombre que apenas podía andar se ma acercó y me dijo "ha habido en Arriate muchos pregones pero el de este Viernes de Dolores es EL PREGÓN".

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