Estamos en plena época de
pregones y exaltaciones. Durante la Cuaresma es raro la semana en que no es
exaltada una Semana Santa, una Hermandad, a la Saeta o a la Mantilla, todo
dentro del mundo cofrade que está en plena ebullición.
Para pregonar algo es necesario
conocerlo, para exaltar algo es preciso amarlo, para hablar de algo es
obligatorio estar al corriente de lo que sucede y lo que ello conlleva.
Nos encontramos en muchas
situaciones en las que la persona que está pregonando o exaltando no conoce la
realidad de donde lo está haciendo. Nos ha pasado a todos en todos lados,
pregoneros que hablan de una Semana Santa sin haberla visitado, exaltadores que
antes de anunciarnos los días grandes ponen en entredicho la existencia de Dios
o la valía de la iglesia que representa esos valores, de todo hay en la viña
del Señor.
Es una tarea difícil y muy
delicada esa de ponerse delante de un atril a anunciar algo, exaltar o
pregonar, tiene un mérito tremendo cualquier persona que así lo haga, por ello
le debemos un respeto y una gran admiración a aquel que lo hace. Pero también
debemos exigirle un mínimo de calidad para que nuestra Semana Santa no salga
trasquilada tras pasar por las manos o letras de personas que no están lo
suficientemente informadas o no creen en lo que están anunciando.
Los días soñados que cada día
están más cerca necesitan de un anuncio acorde a lo que significa para todos
los cofrades y para todos los cristianos. Animemos a los que van a hacernos acercarnos
a esos días, confiemos en ellos, son heraldos de la Semana Santa de tus Sueños.
Publicado en "La Voz de Ronda" 16/03/2013
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