miércoles, 27 de febrero de 2013

Tradición


La Semana Santa es cuestión de tradición. Va pasando de padres a hijos. Nos encontramos en nuestras Hermandades, casi todas, con familias completas y generaciones enteras que han estado vinculadas a la vida diaria de las Hermandades, en sus cargos o simplemente portando a su titular o con un cirio durante años y años.

Últimamente, con la globalización, todo se está convirtiendo en una generalización. Sacamos las procesiones sin pasos al modo de alguna Hermandad que lo ha hecho en otro lugar, hacemos Vía Crucis Extraordinarios en lugar de las salidas que se estaban haciendo durante toda la vida o copiamos, sin pudor, la estética que hemos visto en otros lugares.

En todos lados cuecen habas. Hasta en las ciudades donde la Semana Santa es un ícono para el resto del mundo se mete la pata profundamente, dando espectáculos esperpénticos, imitando acciones realizadas en otros lugares que no tienen sentido con la forma de hacer de toda la vida en nuestros lugares.

Podríamos imitar muchas acciones que engrandecerían nuestras puestas en común, altares magníficos, asistencia a los hermanos al modo de acciones conjuntas, conjunción en nuestras Hermandades que ahora están deslavazadas…pero es muy nuestro el copiar lo que menos nos hace falta y dejar de lado lo fundamental.

No soy nadie para dar lecciones a nadie, pero como amante de nuestra Semana Santa me encuentro en la obligación de luchar por nuestras tradiciones, esas que hemos heredado. El inmovilismo es malo, pero el moverse por el moverse, sin sentido, tampoco trae nada bueno, lo hemos visto demasiadas veces.


Publicado en "La Voz de Ronda" 23/02/2013

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