martes, 14 de abril de 2009

Artículo Periódico La Voz de Ronda

El pasado sábado 4 de abril en el periódico La Voz de Ronda, publicaron una nueva columna. Esta vez fue un poco más extensa ya que incluía alguna referencia a todas las Hermandades de Ronda, se que ha pasado la Semana Santa, pero me han pedido que la ponga en la web para el mayor conocimiento de todos. Espero que os guste y como siempre me podéis comentar lo que os parece.
Cuando estés leyendo esta columna ya faltarán menos de 24 horas para el Domingo de Ramos. Te has levantado, como todos los sábados, has ido a comprar la prensa y en tu cafetería habitual, mientras lees el periódico, has caído en la cuenta de que mañana a estas horas la primera Cruz de Guía ya estará en la calle.

Y leyendo el itinerario, por tu cabeza han empezado ya a pasar nazarenos, desde los blancos de la Pollinica hasta los negros de la Soledad.

Has ojeado y, sin poderlo remediar, te has visto delante de la puerta de San Antonio, te gusta ver la primera salida. Después, te vas a la calle Sevilla o Virgen de la Paz, donde los nazarenitos blancos y las palmas se lucen como en ningún sitio. Admiras la belleza de María Santísima de la Paloma al pasar junto a los árboles de la Alameda, y no has podido dejar de emocionarte. Como tampoco puedes dejar de emocionarte al ver como, sobre la canastilla a la que tú mismo le meterías mano para empezar a tallar, este año va a ir el misterio completo de la Hermandad del Prendimiento, o al ver el manto blanco de la Virgen del Rosario pasearse por su barrio, elegante, camino del centro donde le espera la Ronda más profunda. También tienes en tu mente la túnica corinta del Señor de la Salud, y aparece ante ti el recuerdo de la calle Armiñán oliendo a romero, y los ojos verdes de la Gitana más hermosa que has podido ver, cruzando el puente ya de regreso cuando la cara de la Virgen de la Amargura hasta parece más cansada que al principio de la tarde.

O te encuentras en María Cabrera con el Señor de la Oración subiendo despacito, muy despacito, que ya se acerca al templo. Y detrás la luminosidad del palio de su Madre Consuelo de las Tristezas (qué nombre tan bonito para la Madre de Dios), sus jóvenes costaleros que no quieren que termine el Lunes y parece que no avanzan, que no quieren llegar a Santa Cecilia.

Y, de repente, aparece en tus ojos la belleza de la Novia de Ronda detrás de su Hijo, azotado y flagelado para desterrar nuestros pecados, y Ella suavemente mecida por sus horquilleros, ¡qué orgullosos la llevan por su barrio!, que se vuelve loco cuando la ve pasear y las saetas saltan desde el balcón que menos te esperas y te emocionas viendo pasearse a la Esperanza por San Cristóbal. Es entonces cuando la noche se hace cerrada, cuando a tus oídos llegan las cadenas por la dura piedra de la ciudad. Este año te resultará luminoso y brillante el dorado del trono y en él arriba, muy arriba, la Madre arrodillada ante el Cristo de la Sangre y los ojos entreabiertos del Señor, mirándola “no llores”, y Ella continúa con sus rezos mientras que ya, cuando la oscuridad de la noche no puede ser más negra, el “ahora empieza” resuena en tus oídos como si estuvieras allí mismo.

Ya en la tarde del Jueves Santo, el sonido se vuelve de capilla y el muñidor te llama para que te acerques a Jesús abrazando la Cruz y aceptando que, aunque no son suyos, nuestros desprecios los afronta con dulzura. La misma dulzura que aparece en la mirada de María Santísima de las Penas, a la que la compañía de San Juan y la Magdalena no pueden reprimir sus lágrimas, subiendo por la cuesta de Santo Domingo o paseando por la calle Tenorio. Para después, ver la impresionante talla del Señor de la Escala en la Plaza de España, esperando que llegue la Virgen del Buen Amor, para junto con el Señor de la Buena Muerte, realizar el acto de penitencia y después, cruzar el puente de nuevo para llegar orgullosa y sigilosamente al Santuario de la Patrona. Y, por fin, Padre Jesús, ¡que zancada!, cómo te emocionas al ver “andar” al Señor de Ronda, sin prisa pero sin pausa, por la cuesta de Santa Cecilia. Impresiona al verlo y sentir los sones de la banda acompasada con el paso, como al ver el maravilloso paso de palio de la Virgen de los Dolores por detrás, cuando va subiendo la cuesta que lleva su nombre.

Y si el misterio del Cristo de los Remedios es bonito, la Magdalena a sus pies, y la Virgen del Amparo parece que habla con San Juan, la Virgen de las Angustias no puede ser más bella. Trinitaria morena dile a tu Hermano Mayor que te ponga el rostrillo negro para ir rompiendo corazones desde Santa Cecilia a la Merced... Si hay un barrio en Ronda, ese es el de San Francisco, y en ese barrio una Hermandad, que sube a Ronda para presentarnos el Entierro del que lo dio todo por nosotros, hasta la misma vida, para el Domingo, allí mismo, Resucitar y hablarnos de humildad, de trabajo de un barrio por una Cofradía, llegando incluso a dar algunos Hermanos su propia vida y la Virgen de la Soledad, con su mirada al cielo, está pendiente de todos ellos como la Virgen de Loreto, paseada con tanto arte por sus horquilleras. Y, si Dios para vivir en Ronda se compró una parcela en el Barrio de Padre Jesús, a su Madre le regaló una en el Convento Carmelita de La Merced. María en la Soledad, que belleza en tu rostro cuidado por las Hermanas de Santa Teresa. El silencio se vuelve a apoderar de la ciudad para recibir a la Reina que va buscando a su Hijo por todos los rincones, llegando a la Merced, donde le espera la entrada más emocionante de la Semana Santa.

Así, has llegado al momento en el que has visto que la Semana Mayor se te ha escapado por los dedos, donde piensas que la Cruz de Guía que ha pasado ya no la verás más hasta el año que viene, y te terminas el café de un trago para ir corriendo de San Cristóbal a Santa María, pasando por Santa Cecilia, donde los pasos ya están montados, que la Semana de Gloria que llevamos todo el año esperando ya está aquí. AHORA EMPIEZA, AL CIELO CON ELLA Y TODOS POR IGUÁ.

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